Llevaba más de veinte años preso, cuando la descubrió
La saludó con la mano, desde la ventana de su celda, y ella le respondió desde la ventana de su casa
Después, le habló con trapos de colores y con letras grandesLas letras formaban palabras que ella leía con largavistasElla contestaba con letras más grandes, porque él no tenía largavistas.
Y así les creció el amor.
Ahora Nela y el Negro Viña se sientan espalda contra espalda. Si uno se va, el otro se cae.
Ellos venden vino frente a las ruinas de la cárcel de Punta Carretas, en Montevideo.
-Eduardo Galeano-
sábado, 23 de febrero de 2008
Ventana sobre las palabras IV
Inyectado por Elka en 13:02
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