Con la que la lluvia golpea el cristal de la ventana:
una multitud que aplaude.
Me inclino en decorosa reverencia ante la ovación
desde dentro, desde la seguridad relativa.
Con la llegada del otoño un frío húmedo
se instala poco a poco: en la ropa, en las sábanas.
En la carne, y finalmente en los huesos.
Nos acostumbraremos, nos acostumbraremos.
Y cómo el sargento despidiéndose de Esmé,
trataremos de mantener nuestras aptitudes
In...tac...tas.
Afuera, el mar emite un murmullo eterno
y mi palabra favorita es INEXTIRPABLE
Nacho Vegas "Política de hechos consumados"
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