lunes, 28 de enero de 2008

Lilith




Ayer, pasé por tu casa.
Los cuervos se agolpaban alrededor de tu ventana pidiendo su turno, pero yo no me paré.
Creí oírte llorar pero sólo eran graznidos…
Creí oírte gritar…y caminé todo lo deprisa que pude.
Después compré un poco de heroína, escribí un rato y me dormí.
Mis manos valen tanto como la lluvia que te cobija.
Despiértame cuando vuelvas…

No hay comentarios: